Vandana Shiva denuncia a las grandes multinacionales agroalimentarias: “Monsanto y otras dos grandes multinacionales tienen el control total de nuestra alimentación, con el lema de ‘agricultura sin agricultores’”
“Nos hemos olvidado de que tenemos una casa común y nos hemos separado de la tierra, de las comunidades y de nosotros mismos”, dice la activista india
Sostiene Shiva que la crisis de los refugiados “es la crisis de la destrucción de las tierras” a manos de la agricultura intensiva, que siembra la naturaleza de pesticidas y, por tanto, de destrucción y de muerte
Según el padre Martinot-Lagarde, la ‘Laudato si’ produjo en el mundo “un cambio de perspectiva” y contribuyó a “colocar lo humano en el corazón del trabajo” y a promover una “nueva visión de la economía”
20.05.2019 | José Manuel Vidal /enviado especial a París
La gran sala magna de la sede de la Unesco en París, llena a rebosar de participantes en el coloquio internacional sobre ‘El trabajo en una transición ecológica solidaria’: más de 500 personas. Pilotado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y por el Centro de investigación y acción social (CERAS) de los jesuitas de Francia. Como colofón a un trabajo conjunto desarrollado durante los tres últimos años, impulsado por la encíclica ‘Laudato si’ del Papa Francisco.
Tras dar la bienvenida a los numerosos participantes en el Coloquio internacional, el padre jesuita Marcel Remon, uno de las almas del proyecto y organizador del encuentro, agradeció la presencia de las diversas autoridades civiles y religiosas y señaló que “el trabajo ofrece una posibilidad extraordinaria de desarrollo personal, pero también se ve, a menudo, entorpecido por condiciones indignas, un salario indecente, relaciones profesionales difíciles y un ritmo inhumano”.
También resaltó la colaboración de la OIT y de la Iglesia católica, ambas entidades dedicadas en cuerpo y alma a la búsqueda de la dignidad de los trabajadores. Una colaboración que desembocó en este coloquio internacional, que debatirá el tema del 20 al 22 de mayo en la sede parisina de la Unesco.
Tres ejes para un trabajo decente
El organizador, padre Remon, pasó la palabra al también padre jesuita, Pierre Martinot-Lagarde, asesor de la Oficina internacional del trabajo, para que hiciese la presentación del proyecto general sobre ‘El futuro del trabajo después de la Laudato si’.
Un proyecto basado en tres ejes. El primero, “contribuir a una red de intercambio, reflexión y formación, a partir de movimientos de Iglesia, de diferentes confesiones religiosas y de actores del mundo del trabajo”. El segundo eje es una reflexión sobre el futuro del trabajo. Y el tercero, reforzar la capacidad de las organizaciones y de los actores sociales, para promover un trabajo decente.
Según el padre Martinot-Lagarde, la ‘Laudato si’ produjo en el mundo “un cambio de perspectiva” y contribuyó a “colocar lo humano en el corazón del trabajo” y a promover una “nueva visión de la economía”, que “se alimenta de la visión antropológica” y que se apoya “en el trabajo decente, que no se reduce al empleo asalariado”. Toda esta dinámica está provocando “una profunda transformación social de la vida, del trabajo y de la organización equiparable a la de la industrialización”.
El trabajo no es una mercancía
La primera conferencia corrió a cargo de Cyril Cosme, director de la OIT en Francia, que presentó las grandes líneas del informe de su organización sobre el futuro del trabajo. Un informe que sigue nucleado en las ideas inspiradoras del organismo desde su nacimiento: “Que el trabajo no es una mercancía” y que “no habrá paz sin justicia social”.
Tras dar algunos datos de la crisis actual, por ejemplo que hay dos mil millones de personas en el mundo que no tienen trabajo alguno, el doctor Cosme abogó por una transición ecológica justa, que debe basarse en “una nueva forma de consumir, de producir y de trabajar”.
Por parte de la Iglesia, intervino, a continuación, monseñor Antoine Herouard, presidente de la comisión de asuntos sociales de la COMECE, que presentó el documento sobre el trabajo editado por su organismo. En él, se recuerda que “las diversas crisis actuales no son crisis diferentes, sino una única crisis”, porque “la cuestión social y la ecológica son las dos caras del mismo problema”. Y, por eso, como pide el Papa, hay que abordarla de una forma integral.
Al igual que la ‘Laudato si’, el documento del episcopado europeo insiste en intentar otorgar “el papel central al trabajo, porque “permite participar en la creación, integrarse en la sociedad, así como el desarrollo personal”.
Un trabajo duradero y participativo
Para eso, monseñor Herouard, propuso tres pilares de esta dinámica. El primero, el trabajo decente con condiciones dignas, teniendo en cuenta que “no hay trabajo digno, si implica la degradación del medioambiente”. El segundo, un trabajo duradero. Y el tercero, “un trabajo más participativo”.
La otra gran conferencia del día corrió a cargo de Vandana Shiva, activista y figura reconocida mundialmente de la lucha ecológica. Y no defraudó las expectativas, en una conferencia cargada de denuncia social, con nombres y apellidos de grandes multinacionales, como Monsanto, que están destruyendo la casa común de la tierra, como dice el Papa Francisco.
A su juicio, “nos hemos olvidado de que tenemos una casa común y nos hemos separado de la tierra, de las comunidades y de nosotros mismos”. Más aún, “hemos prescindido de la economía circular, en la que nadie pasaba hambre, para implantar una economía que descarta cada vez a más personas”.
Vandana sostiene que el trabajo se está separando de la naturaleza con efectos catastróficos. Por ejemplo, la crisis de los refugiados que “es la crisis de la destrucción de las tierras” a manos de la agricultura intensiva, que siembra la naturaleza de pesticidas y, por tanto, de destrucción y de muerte.
África: un desencuentro ecológico
Incluso los conflictos que, en África, se nos quieren vender como enfrentamientos religiosos, son desencuentros entre agricultores, pastores y pescadores, entre otras cosas porque la agricultura intensiva y los pesticidas han impedido la llegada del 80% del agua que alimentaba el lago Chad. Y la poco que llega al lago está contaminada. Luego, no hay agua para los agricultores ni para los pastores ni lugar para la pesca de los pescadores.
Y lo mismo está ocurriendo a su juicio, con las caravanas de emigrantes de América Central, “países destruidos por la intervención americana, donde toman el control las economías criminales, destruyendo el trabajo y la vida honesta de la gente”.
Vandana Shiva continuó denunciando que el sistema está matando a la gente, porque no la necesita. Y puso varios ejemplos concretos. Como los 6 millones de niñas abortadas o los 350.000 agricultores del Punjab indio que se han suicidado, al igual “que se suicidan agricultores en todo el mundo, pero nadie lo dice y, cuando yo lo dije, la empresa Monsanto me atacó en plan mafia”.
Las mafias de las multinacionales
Porque Monsanto y otras dos grandes multinacionales “tienen el control total de nuestra alimentación, con el lema de ‘agricultura sin agricultores’, que, por lo tanto, corren el riesgo de desaparecer como las abejas”. Más aún, “el neoliberalismo es el máximo responsable de esta situación”.
Y, para hacerles frente a las grandes multinacionales y al neoliberalismo, Vandana invitó a los presentes a “reconstruir el sistema económico desde la base”, “separar la política de la economía”, “volver a colocar al Estado al servicio público y “cuidar el planeta”, porque “todo el mundo tiene derecho a un futuro” y, por eso, “hay que trabajar para regenerar el planeta, no para esclavizarlo”.
El día concluyó con una serie de debates por grupos, en los que se analizó cómo las realidades ecológicas y sociales exigen una refundación del trabajo del mañana. Un trabajo digno, que respete a la ‘casa común’, siguiendo como dice Vandana Shiva, “la inspiración del Papa Francisco”.
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